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"En el corazón de todos los inviernos, vive una primavera palpitante y detrás de cada noche viene una aurora sonriente" Khalib Gibran

lunes, 24 de febrero de 2014

Aterosclerosis y riesgo coronario





Continuando con el propósito de aprender a cuidar nuestro corazón, nos toca hablar ya de aquello que perjudica la salud de sus arterias, recordemos, las coronarias, que pueden verse afectadas por los mismos males que el resto de las arterias de todo el organismo, pero cuando enferma una arteria coronaria, ya sabemos, enferma nuestro corazón.





Los problemas del corazón  y de los vasos sanguíneos no suceden rápidamente. Con el tiempo, las arterias que llevan la sangre al corazón pueden obstruirse, debido a la acumulación de células,  grasa y colesterol; esta acumulación se conoce como placa de ateroma, la formación de esta placa de ateroma o ateromatosis suele ser la base del desarrollo de enfermedades cardiovasculares.



Sabemos que la arteriosclerosis es un proceso natural de envejecimiento de las arterias  que las endurece y las adelgaza, y la aterosclerosis o ateromatosis es un tipo de arterosclerosis que adquiere unas características anormales que hace que las arterias se estrechen más debido a la acumulación de placa.
La ateromatosis no tiene una relación directa con la edad de los individuos. En unas personas no aparece nunca y en otras lo hace muy precozmente.






Probablemente hay causas hereditarias para explicar esto, pero desde luego lo que no cabe duda es que hay factores que favorecen el desarrollo de este proceso. Son los  llamados “factores de riesgo” porque se encuentran con mayor frecuencia entre los individuos que sufren esta enfermedad. Algunos de ellos como el tabaco, el colesterol elevado en sangre y la hipertensión arterial están tan relacionados con la enfermedad coronaria que se acepta su papel de “responsables” de su aparición. A pesar de ello es posible, aunque poco frecuente, encontrar pacientes con enfermedad y sin factores de riesgo conocidos.
Sin embargo, la norma general es la contraria. Los factores de riesgo conllevan una mayor probabilidad de padecer aterosclerosis y enfermedad coronaria y esta probabilidad aumenta con la magnitud y número de los factores de riesgo. La asociación de factores no suma sino que multiplica la probabilidad de contraer la enfermedad.
El tabaco, el colesterol alto y la hipertensión son como hemos dicho, los factores de riesgo cuya relación con la enfermedad coronaria está fuera de duda, son los factores de riesgo mayores o de primer orden. En otros casos su influencia no es tan clara, como por ejemplo: antecedentes familiares, diabetes, exceso de peso, vida sedentaria, stress, etcétera, son los factores de riesgo menores  pero no de menos importancia, también llamados contribuyentes, ya que se piensa que pueden dar lugar a un mayor riesgo cardiovascular pero su papel exacto no  ha sido definido aún.


Lo importante es saber que algunos factores de riesgo pueden cambiarse, tratarse o modificarse y otros no. Pero el control del mayor número posible de factores de riesgo, mediante cambios en el estilo de vida y/o medicamentos, pude reducir el riesgo coronario.



Ya tenemos algunas pistas sobre lo que perjudica a la salud de nuestro corazón, y la buena noticia es que podemos hacer algo para prevenir que enferme. El colesterol elevado en sangre, fumar, la hipertensión, la diabetes, la obesidad y no ser físicamente activos nos colocan en un riesgo mayor de padecer de aterosclerosis y sufrir una enfermedad cardíaca coronaria.




Mª Jesús Abenza.

2 comentarios:

  1. Este buen articulo de nuestra colaboradora Mª Jesús nos recuerda que tenemos que cuidarnos diariamente para evitar enfermedades del corazón. "pasito a pasito se mueve el corazón".

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  2. Gracias de nuevo Mª Jesús por tus aportaciones al rincón de la Salud.

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